El shock para "Reprogramar"
COACHING POLÍTICO
En el presente artículo planteo la posibilidad de analizar y poner sobre la mesa una teoría que considero se está utilizando para gobernar y que está impactando en la vida de las sociedades contemporáneas, fundamentalmente en la República Argentina. Una de las más intrigantes y controversiales es la "Teoría del Shock" de Naomi Klein, la cual postula que ciertos gobiernos buscan deliberadamente generar desasosiego y desesperación en la población para facilitar la implementación de medidas impopulares. Este fenómeno, según Klein, crea un espacio propicio para la manipulación y la consolidación del poder. En su libro La doctrina del shock propone que las políticas económicas del Premio Nobel Milton Friedman y de la Escuela de Economía de Chicago han alcanzado importancia en países con modelos de libre mercado no porque fuesen populares, sino a través de impactos en la psicología social a partir de desastres o contingencias, provocando que, ante la conmoción y confusión, se puedan hacer reformas impopulares. La teoría del shock proviene de la psiquiatría, específicamente la autora lo menciona al psiquiatra Ewen Cameron, quien en connivencia con la CIA, dice, fue utilizado como un éxito parcial en la distorsión y regresión de la personalidad original de los pacientes.
¿Qué hizo específicamente este psiquiatra? según manifiesta la periodista Edith Sanchez en su artículo publicado el 06 de Agosto de 2023 en link:
Con el estallido de la Segunda Guerra Mundial, la OSS (Oficina de Servicios Estratégicos) de Estados Unidos reclutó a Donald Ewen Cameron; la organización fue la precursora de la CIA. En 1943, Cameron se radicó en Canadá para crear el departamento de psiquiatría de la Universidad McGill en Montreal; también se convirtió en el director de la Allan Memorial Institute.
En esta última institución, se llevaron a cabo varios experimentos mentales macabros entre 1950 y 1965. Los dirigió Donald Ewen Cameron y la mayoría de esas investigaciones se realizaron de forma clandestina y fueron copiosamente financiadas por la CIA y el gobierno canadiense.
Cameron implementó un tratamiento de ‘desprogramación’ del cerebro. Para su desarrollo, contaron con diversos pacientes de salud mental que incluían niños, mujeres con depresión postparto y esquizofrénicos, entre otros.
El tratamiento incluía tres fases: en la primera, se inducía un coma por un lapso de hasta tres meses o más; la segunda fase consistía en la aplicación de electrochoques que provocaban una severa amnesia; por último, durante la tercera fase, se aislaba al paciente en una celda y se le administraban elevadas dosis de LSD.
La conexión entre la teoría del shock y las acciones que un gobierno utiliza con la misma analogía de querer generar confusión, parálisis, ansiedad, desesperanza, desesperación, hambre…con un fin determinado que es poder ofrecer UNA alternativa. La única alternativa posible. Y esto es desde mi punto de vista una pieza clave para comprender la dinámica de la política actual. Klein sostiene que en momentos de crisis, ya sea económica, social o sanitaria, los líderes, o quienes ejercen los puestos de liderazgo (que no tienen porque ser líderes) pueden aprovechar el estado de shock de la población para implementar cambios radicales sin enfrentar una resistencia significativa. Esta estrategia se basa en la premisa de que en situaciones de crisis, la ciudadanía tiende a buscar soluciones rápidas y efectivas, otorgando una legitimidad de acción casi sin cuestionamientos.
Hay una serie de televisión que muestra de alguna manera como son utilizadas diferentes maniobras de manipulación, generación de sentido común y establecimiento de shocks. Se llama Homeland, es una serie estadounidense que aborda temas de seguridad nacional, inteligencia y terrorismo. En la trama de la serie, la agente de la CIA, Carrie Mathison, interpretada por Claire Danes, se ve envuelta en una red de intrigas y conspiraciones mientras lucha contra el terrorismo. A lo largo de las temporadas, se exploran diversas amenazas a la seguridad nacional de Estados Unidos, y se revelan complejas tramas que involucran a diversos actores, tanto nacionales como internacionales. En algunos episodios, la serie aborda tácticas cuestionables utilizadas por agencias de inteligencia y gobiernos para alcanzar sus objetivos. Esto incluye la manipulación de eventos y situaciones para influir en la opinión pública y justificar medidas extremas en nombre de la seguridad. Por ejemplo, la serie ha abordado cuestiones como la vigilancia masiva, la manipulación de la opinión pública, y las operaciones encubiertas de inteligencia en países diferentes al de la agencia en cuestión. Si bien es una serie, muchos de los temas observados en la misma no fueron caratulados como: hechos basados en la vida real.
La preocupación principal radica en la posibilidad de que los gobiernos utilicen esta táctica para obtener un "cheque en blanco" por parte de la sociedad. La aceptación acrítica de medidas extremas, impulsada por la urgencia y la incertidumbre, podría llevar a la consolidación de un poder desmedido y a la pérdida de derechos fundamentales, y por ende a la reconfiguración o en términos del psiquiatra precedentemente mencionado: reprogramar la mente.
Y entonces me surge una pregunta ¿Hasta qué punto una población desesperada o “Shokeada” puede otorgar a sus líderes la capacidad de actuar sin restricciones?
En este contexto, surge la figura del líder mesiánico, aquel que se presenta como la única solución a los problemas planteados por la crisis. La manipulación emocional se convierte en una herramienta crucial para este líder, quien busca capitalizar el miedo y la ansiedad de la población en su beneficio. La narrativa de una única solución, encarnada en la figura del líder, se vuelve irresistiblemente atractiva para aquellos que buscan respuestas inmediatas y la promesa de un retorno a la normalidad. Normalidad que no será la prometida, sino una que ninguno sabe cuál será salvo ese líder mesianico. O quizás, salvo quienes manejan a ese líder mesianico.
Es esencial destacar que la teoría del shock no implica que todas las crisis sean creadas artificialmente. Sin embargo, plantea que los gobiernos pueden capitalizar las crisis existentes o magnificarlas para alcanzar sus objetivos políticos. También implica crearlas. Llevar todo a una situación extrema, pelearse con todos los colectivos que pretendan esbozar su voz, con autoridades elegidas democraticamente, con poderes ejecutivos provinciales y municipales, con cualquier persona que ose impedir continuar con la teoría del shock. Porque ademas, esa pelea, contribuye al mismo tiempo a generar más caos. La formula es clara: generar el mayor caos posible para que la ciudadania pida a gritos “La solución”. Todo conducirá a que el único remedio posible (que se quiere implementar) sea la respuesta que ese único líder (mesianico) tiene. Quien plantea la crisis, al mismo tiempo manifiesta que tiene la solución. Y esa respuesta ya está planteada en Argentina. La solución que plantea el gobierno es la dolarización. Todas las decisiones que se están tomando ahora, son para generar ese estado de shock para que en algún tiempo, semanas o algunos meses, se plantee la solución a todos esos problemas. Y para este gobierno esa solución es esa única. Desde diferentes economistas, cientistas políticos, analistas, periodistas y demás ciudadanos de “a pie”, esa no es la única solución. Sabemos que eso contiene una falsedad argumental y que además no generará beneficios al conjunto de la población Argentina. Sino que la transformará en una economía primarizada, que solo venderá granos y carne (campo) y materias primas minerales (industria primaria), tales como el litio, gas,oro y petróleo. Esa Argentina, deja sin sueños, sin trabajo, y sin comida a por lo menos 30 millones de personas.
En este sentido, es crucial que la ciudadanía desarrolle un sentido crítico y esté alerta a las estrategias que buscan explotar la vulnerabilidad de la sociedad en momentos de desesperación. Se torna muy difícil esto, dada la otra herramienta que en simultáneo están utilizando para aplicar esta teoría del shock, que son las redes sociales. Por medio de estas, replican “verdades” y van instalando un “sentido común”. Ejemplo: los políticos son todos chorros y entonces son la casta (no desarrollaré esto ahora). Se basan en algún hecho puntual, o varios, para generalizar y sintetizar el mismo en un slogan, frase o palabra. Ejemplo: Casta.
Para contrarrestar los potenciales abusos derivados de la teoría del shock, es necesario promover la transparencia, la participación ciudadana en espacios públicos y el esclarecimiento de los planes de este gobierno. Hay que poner los puntos sobre las Ies, versa el dicho popular. Hagamos eso. La educación cívica y la participación activa son elementos clave para fortalecer la resistencia a la manipulación. A la vez, hay que proponer alternativas, generar propuestas, volver a construir la agenda. Y esta función la deben tomar los dirigentes. Los diputados, senadores, gremialistas, intendentes, concejales, representantes de partidos políticos. Deben construir ciudadanía. Construir futuro a partir de la declaración de un plan de gobierno. Manifestar una agenda con un proyecto de país.
En conclusión, la teoría del shock de Naomi Klein nos ofrece una lente crítica a través de la cual podemos analizar las acciones de gobierno y sólo a través de un análisis crítico y una ciudadanía informada podremos preservar la integridad de nuestras instituciones y evitar la manipulación política.
Nunca hay una única alternativa, salvo en la desesperación y el agobio. No permitamos que sigan construyendo ese clima, construyamos alternativas desde el amor, la esperanza, la serena ambición.
¿que más… vos podés hacer?.

